Elizabeth Murrieta Mendoza
La evaluación, en sí misma, ha de ser una opción de
reflexión y de mejora de la realidad, pero su oportunidad y sentido de
repercusión tanto en la personalidad del evaluado, como en su entorno y en el
equipo del que forma parte, ha de ser entendida y situada adecuadamente para
posibilitar el avance profesional de los docentes. Valdez (2000).
El proceso de cambio que se está viviendo en el ámbito educativo
lleva a reflexionar sobre el rol que ha desempeñado el Directivo de Educación
Primaria como pieza central en el cumplimiento de los propósitos educativos y
en la mejora de la calidad al interior de la organización escolar. El Sistema
Educativo Nacional está siendo parte de un proyecto fundamentado en una
educación basada en el desarrollo de competencias, pretendiendo poner a la vanguardia la
formación de individuos capaces de desplegarse en un entorno globalizado y cuyas capacidades lo llevarán a
desempeñar un rol de manera más eficaz y perfectible a medida en que se
involucre en determinada organización. El
directivo escolar no escapa a la premisa anterior ejerciendo un rol decisivo en
el funcionamiento y mejoramiento de la calidad de una institución escolar mediante el desarrollo de sus propias
capacidades de líder y de cuyo perfeccionamiento dependerá el logro de las
actividades encaminadas a cumplir con la visión de la organización
estableciendo un clima de trabajo propicio para ello.
El hecho del liderazgo en sí es inherente al ser humano a partir del
momento en que surge la necesidad de
unir esfuerzos para solventar alguna carestía en su cotidianeidad surgiendo ciertamente
un líder nato capaz de organizar y velar por el bienestar del grupo social
formado. Aunque generalmente se asocia al liderazgo con el término de autoridad
o poder no necesariamente éstos van entrelazados en toda la extensión de la
palabra. Más bien dependen del contexto en que se presenten. Aunque se
pudiera nombrar diversos tipos de liderazgo como lo son: el carismático,
autócrata, emprendedor, proactivo, paternalista, liberal, transaccional,
transformacional, auténtico, liberal, etc.; considero que hoy en día la acción
del liderazgo está ligada más que nada a elementos como el compromiso, la responsabilidad,
el trabajo colectivo; cuestiones alejadas de un control represivo y jerárquico. Más bien el liderazgo puede definirse como el
conjunto de procesos que orientan a las personas y a los equipos en una
determinada dirección hacia el logro de la excelencia y el aprendizaje
organizacional, primordialmente por medios no coercitivos.
Si bien
es cierto que los docentes, al obtener un ascenso en la estructura educativa
convirtiéndose en directores, reciben generalmente un curso de capacitación
para directivos de nuevo ingreso, también lo es que éste se convierte en un
curso básicamente informativo sobre cuestiones administrativas que, más que
brindar un apoyo en el rol a desempeñar,
se convierte más bien en una especie de pesadumbre que despierta sentimientos
encontrados sobre la responsabilidad adquirida (llegando incluso en casos
extremos a pretender desistir de la misma). De ahí la relevancia de retomar la
función del directivo enfocada a ejercer un liderazgo que cumpla con las
competencias funcionales; pero sobre todo, con las actitudinales o de
comportamiento, entendidas como aquellas que aluden
al desarrollo de capacidades vinculares y de manejo de la dinámica de los
grupos, al trabajo en equipo, al intercambio de roles y formación de liderazgos,
así como a la disposición para trabajar en grupo, coordinar a otros,
responsabilizarse para realizar un trabajo, cooperar, participar, evaluar y
autoevaluarse.
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Queda claro, entonces el papel
tan trascendental que juega el liderazgo del directivo no sólo al interior de
la organización escolar sino que va más allá de sus muros, influye en toda la
comunidad escolar. Cuántas veces se escuchan comentarios como: “esta escuela
ha cambiado desde que está equis director” o bien “desde que se fue el
director, la escuela ya no es la misma”. Dichas reflexiones tienen gran
índice de razón. Schmelkes (1998) menciona al respecto que: “La figura docente-alumno, sin ser rebasada
pasa a ser una relación mediatizada por la actividad de los directivos, pues
“ni duda cabe que una buena escuela empieza por un buen director” o bien “el
directivo adquiere una relevancia que quizá antes se había ignorado. En manos
del director, de hecho se encuentra el poder –o bien de obstaculizar- que se
dé un proceso comprometido.”
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Aunque el tema de la evaluación del
directivo es relativamente reciente en nuestro país, a nivel internacional se
han hecho investigaciones al respecto en países como España y Chile en donde se
observa que el discurso oficial e institucional parte
de la idea de que los directivos requieren profesionalizarse,
adquirir nuevas competencias centradas en la gestión,
con una visión nueva de las instituciones, con conocimientos técnico y
estratégicos sobre la administración y organización de un centro educativo. Una de las propuestas en México es la del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) que
ha diseñado una batería de instrumentos para su utilización por parte de los
supervisores; ésta se encuentra constituida por un total de siete instrumentos,
tres de ellos para la evaluación diagnóstica que tiene lugar en los primeros
meses del ciclo escolar, y cuatro, para realizar la evaluación continua, la
cual se desarrolla durante el ciclo escolar y que puede realizarse por lo menos
en dos ocasiones; rescatando las opiniones de maestros, padres de familia y el
mismo directivo. Como la información de los concentrados es abundante, con ella
se pueden hacer diversos análisis con objetivos diferentes, y a distinta
profundidad, por ejemplo: identificar el tipo de actividades que mejor
desarrolla el director o donde necesita más apoyo, las fortalezas y los aspectos a mejorar de la función del
director, cómo es percibida la función del director por todas las personas que
contestaron los cuestionarios, cómo es percibido el trabajo del director por
los padres, los profesores y el propio director para luego encontrar
coincidencias o diferencias, los aspectos en que fue evaluado mejor o peor el
director por los profesores, los padres de familia o él mismo, aspectos donde
los informantes desconocen la información y/o aspectos donde hubo
coincidencias, pero sobre todo diferencias entre profesores y director, o bien
entre director y padres de familia, profesores y padres de familia.
En conclusión: respecto a la
cotidianeidad del director como líder de una comunidad educativa considero que
existe una necesidad de capacitación más profunda y reflexiva en cuanto al rol
del liderazgo requerido actualmente en nuestra sociedad ya que generalmente se
tiende a dar orientación administrativa e ir aprendiendo sobre la marcha la
resolución de problemáticas que son inherentes a un colectivo escolar. La gran
tarea que asume un directivo al momento de ascender en su desempeño profesional
es un desafío que requiere no solamente de una actitud de “querer hacer bien
las cosas” sino, más que nada, de una formación personal que lo lleve a ser
reflexivo y autocrítico de su propia práctica. Independientemente del proceso evaluativo
propuesto por el Sistema Educativo Nacional; considero que es indispensable que
las instancias educativas inmediatas al directivo -llámese Supervisión o Jefatura de
Sector- sistematicen la implementación de un instrumento de recolección de
información interna sobre las estrategias implementadas por los responsables de
cada centro escolar con el propósito de contar con elementos suficientes para
detectar necesidades de formación y poder brindar el apoyo correspondiente.
Y tú… ¿qué opinas?
Bibliografía
INEE. Manual para aplicar y analizar los
instrumentos para evaluar las funciones de los directores de escuelas
primarias. México. En: http://www.inee.edu.mx/index.php/publicaciones/documentos-tecnicos/de-recursos-y-procesos-escolares/99-publicaciones/de-recursos-y-procesos-escolares-capitulos/511-bateria-de-instrumentos-para-evaluar-las-funciones-del-director-de-escuela-primaria-manual-cuestionarios-y-concentrados
Valdés Veloz
Héctor. (2000) Evaluación del Desempeño Docente. Ponencia
presentada por Cuba
en el Encuentro Iberoamericano de
Evaluación Docente. http://www.oei.es/de/rifad01.htm
Hola
ResponderEliminarEs urgente que el Sistema Educativo Mexicano, se preocupe y ocupe de diseñar un programa de profesionalizaciòn para directivos escolares, un programa para que se imparta antes de ser director y otro durante su función, se que ya existen en el nivel primaria y secundaria y la preparatoria ¿cuando? además no se les imparte a todos los directivos, creo que debería ser obligatorio o para que no se oiga tan impositivo, que sea considerado como un requisito.
Saludos Norma Castro
Gracias Norma por tu comentario.
EliminarLo fundamental no es sólo reconocer la necesidad, sea el nivel del que se esté hablando, sino sistematizar un programa continuo de asesoramiento en vías de un mejoramiento del ejercicio de la dirección; sin embargo considero que influyen un sinfín de factores para que realmente se cristalice. O será que las personas indicadas tendrían que estar en nuestros zapatos?
Muy interesante c:
ResponderEliminarGracias.
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