miércoles, 24 de julio de 2013

La escuela del hoy y del mañana…

María Yazmín Tarín e Idalia Canales

 Ser capaz de dirigir una organización o empresa se dice fácil, pero liderar una escuela no lo es tanto.
Ser un líder en el  ámbito educativo es una tarea que va mas allá de ser el director de una institución o centro escolar considerando que la escuela es el escenario organizado de tal forma que requiere ser conducido correctamente para que se logren los objetivos propuestos. La escuela actual, esta requiriendo de directivos y equipos de gestión con un liderazgo transformador que sean  motivadores y a la vez instruccionales , profesionales de la educación que a través de su sistema de trabajo establezcan prioridades, atiendan las demandas de los usuarios, superen los conflictos que surjan entre los grupos, defiendan en conjunto con sus colaboradores una sola visión que supere los intereses de particulares, basándose siempre en principios de legitimidad y de participación en las decisiones. En la actualidad que estamos viviendo ya no caben los “administradores burocráticos” que se encajonan en fórmulas impuestas y obsoletas que ya no funcionan para atacar la problemática del estudiante del siglo XXI, a nuestro sistema educativo le urgen líderes comprometidos “capaces de mantener el timón de la nave que impulsan  los remeros pues, son quienes fijan el rumbo y lo adaptan a las realidades no previstas.”(Noro,J. 2010).
Por otro lado, el líder administrativo en una escuela tiene que proveer al equipo de trabajo, la información interna y externa y los recursos que éstos necesitan para hacer su trabajo La habilidad del director como líder administrativo tiene una gran influencia en la aceptación del cambio. De hecho, el mejor uso de los recursos humanos a través del trabajo en equipo y la cooperación entre las diferentes funciones de la organización aumentará la velocidad en que se introducen los cambios y las innovaciones, y reducirán la resistencia y el conflicto que puede ocurrir ante el inicio de proyectos nuevos en la escuela. Lo importante es estar pendiente de los efectos a largo plazo de estos cambios e innovaciones, usando los menores esfuerzos posibles de energía, recursos y tiempo (Castillo, 2001).. Este deberá utilizar su autoridad para distribuir adecuadamente las tareas, el tiempo, las instalaciones físicas, los recursos fiscales, los materiales, la tecnología y cualquier otro recurso que se necesite para lograr los objetivos. Además, debe proveer la seguridad, el apoyo, la confianza y la motivación que necesita el equipo de trabajo para sentirse respaldado en las tareas que realiza.

El equipo de trabajo necesita tener un propósito común que le dé sentido a la escuela y que mantenga a sus miembros trabajando unidos en una misma dirección. Por eso, el director- administrador es responsable de que todos en la escuela conozcan la visión y la misión que les permita mantener el impulso para lograr los objetivos que se propongan. Por esta razón, el estilo colaborativo es el más adecuado para introducir los cambios y aumentar la productividad. La autoridad del liderazgo del director no se logra mediante imposición, sino a través de la cooperación. La cooperación crea una nueva clase de autoridad (Acosta, 2000).
 Además, es responsable de llevar a cabo la investigación y el análisis exhaustivo de las situaciones y las oportunidades que se presentan y de utilizar las técnicas, prácticas y modelos con suficiente creatividad y flexibilidad para identificar aquellos que se ajusten y adapten mejor a las necesidades cambiantes de la institución. Para esto, el director necesita ejercer un liderazgo audaz, asertivo, comprometido y sobre todo, creativo. En la medida en que busque alternativas diferentes, implante el uso de técnicas y prácticas que permitan una operación más eficiente y efectiva, en esa medida, logrará las metas y objetivos de la escuela.
La National Commission for Accreditation of Teacher Education (NCATE) define el liderazgo administrativo en la educación como “el conocimiento, las destrezas y atributos para entender y mejorar la organización, implantar planes operacionales, manejar los recursos fiscales y aplicar procesos y procedimientos administrativos descentralizados”. Esta definición contempla ampliamente las características del director de escuela que encara  los retos del Siglo XXI quién deberá tener una mentalidad diferente y conocer una variedad de alternativas disponibles para llevar a cabo las funciones gerenciales en la forma en que la sociedad espera de ellos. Entre esas alternativas se encuentra el uso de la tecnología, las telecomunicaciones y los sistemas de información que enriquecen el currículo y la instrucción.
Las escuelas de nuestro tiempo, están siendo ocupadas por niños y jóvenes con características, actitudes y talentos muy distintos  a los que manifestaban los niños y jóvenes de hace 10 años hacia atrás, los docentes que tenemos la oportunidad y el privilegio de convivir día a día con nuestros educandos nos podemos dar cuenta que nos corresponde guiar, orientar y facilitar el aprendizaje a individuos que ya desde el vientre de sus mamás genéticamente están dotados de una habilidad de comunicación extraordinaria, los niños de hoy en día casi el cien por ciento son totalmente sociables o se adaptan con mucha facilidad a sus entornos, razón suficiente para concebir que las escuelas de hoy y del mañana deben ser atendidas por directivos, colaboradores y docentes líderes, creando y desarrollando espacios “vivos” a través es una escuela siempre abierta al cambio, a la asistencia de las personas; donde alumnos y padres de familia fuera de horarios de trabajo encuentran materiales de apoyo para su desarrollo cultural y personal; lo que incluye reglas de funcionamiento claras y precisas a favor del proceso de aprendizaje convivencia, mejorando continuamente las formas de vida de los alumnos y sus familias, donde se dé más importancia al desarrollo integral de la persona que a los contenidos meramente memorísticos; a la mejora de modos de aprender y hacer las cosas que al simple hecho de hacer; la escuela viva nos ofrece la oportunidad de vivir en este mundo, en un remanso de cultura y paz con apoyo permanente de maestros y personal directivo y administrativo que están en la misma no por compromiso; sino por el gusto de crear y participar en lo que les gusta hacer. Lo que incluye un servicio a su comunidad y mejora de las relaciones humanas, ésta es la escuela que nuestro sistema educativo necesita para salir de la mediocridad y la falsa comodidad.


La escuela viva existe en nuestros tiempos; pero no todas las escuelas que existen son escuelas vivas; el desarrollo de estas debiera estar en manos de verdaderos líderes; desde el director, docentes, colaboradores, autoridades rectoras, así mismo la coadyuvancia de la sociedad (padres de familia, sector empresarial y gobiernos).  
¿Cuál será nuestro granito de arena? El compromiso adquirido por un maestrante es hacer prácticos y aterrizables los aprendizajes que ha adquirido, algunas de las características que creemos identifican a un líder nato, son el espíritu de servicio,  el ejemplo de esfuerzo, trabajo y perseverancia, si queremos ver un cambio, hagámoslo nosotros primero.
Creemos que hasta el día de hoy, aunque hayamos visto más aspectos negativos que positivos en nuestras escuelas, hay hombres y mujeres que con su ejemplo, motivación y su habilidad para liderar a sus maestros, alumnos  y colaboradores han hecho la diferencia en muchos centros educativos de nuestro país, como se dice por ahí, que hace “más el que quiere que el que puede”.





 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Acosta Ramos, J. A. (2001). Supervisión educativa: Modelos, enfoques y estrategias. Segunda
Edición. Puerto Rico: Publicaciones Yuquiyú.
Castillo, A. (2001, Mayo). El cambio escolar y el liderazgo transformativo. Cuaderno de
Investigación en la Educación, 16, Centro de Investigaciones Educativas, Facultad de
Educación, UPR- RP, 2-18.
Castillo Ortiz, A., (2005). Cuaderno de Investigación en la Educación Número 20, diciembre de 2005, Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras Liderazgo administrativo: Reto para el director de escuelas del siglo XXI
(NCATE). La National Commission for Accreditation of Teacher Education .
Noro, J. E. (2010).  Gestión y acción: docentes del siglo XXI. Argentina: Ediciones S.R.L.

1 comentario:

  1. Felicidades Compañeras

    Un artículo muy interesante, me parece muy importante la caracterización que se hace del director-líder que requieren nuestras escuela actualmente .. y si se me permite decirlo, todas las organizaciones : capacidades, ganas y trabajo colaborativo

    Saludos
    Victor

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