Alejandro Arturo Lozano
Clark, Hernán Herrán Tapia
Los
líderes educativos o directores, ¿Son educadores, o administradores? Los
directores escolares en el sistema educativo mexicano son generalmente maestros
con los meritos suficientes para ocupar el cargo máximo de una escuela, háblese
de cualquier nivel educativo, los hay muy exitosos como los hay un poco
limitados en su gestión. Las instituciones educativas tienen como objetivo
principal el transmitir conocimientos a sus alumnos para generarles las
competencias suficientes y así estar preparados para desenvolverse como seres
sociales. Pero, ¿Cómo llegamos a este punto?, ¿Cómo logramos fructificar en
nuestro propósito?, ¿Cómo hacemos que nuestros alumnos terminen
satisfactoriamente sus estudios generales?
El proceso escalafonario
del Sistema Educativo Mexicano, hace generalmente a los maestros con mayor
experiencia y antigüedad ser directores escolares, la calidad depende de los
conocimientos administrativos y de liderazgo que puedan tener. Este proceso es
justo pero no siempre es el correcto, ya que el perfil del director puede o no
carecer de conocimientos administrativos y de liderazgo. Los conocimientos
administrativos son adquiridos empíricamente mediante el conocimiento de la
institución, su entorno y sus procesos, y no mediante una capacitación previa
para el puesto lo que a veces es determinante para que la escuela tenga
resultados satisfactorios.
La
escuela como cualquier otra institución tiene sus procesos, tal como lo es una
empresa, tiene un propósito determinado, cuenta con recursos suficientes para
realizarlos, y está a cargo de personas. Si revisamos la definición de empresa
según Chiavenato (1993), "Es
una organización social que utiliza una gran variedad de recursos para alcanzar
determinados objetivos", y así lo es cualquier escuela, sea pública o
privada, es una organización social la cual realiza actividades mediante la conjunción
de diferentes recursos tanto humanos como materiales para llegar a un objetivo
determinado y así satisfacer las necesidades de la sociedad.
Por tal motivo y a
nuestra perspectiva, un líder educativo en este caso el director de la escuela,
dentro de sus características intrínsecas de líder, debe de ser un
administrador, porque no solo tiene que ser un pedagogo, al interactuar con la
escuela, interactúa con los recursos y con los procesos, si revisamos lo que
menciona acerca de la administración Ferrel (2009), "la administración
es un proceso diseñado para que una organización alcance sus objetivos mediante
el uso efectivo de sus recursos y el cambio eficiente del entorno",
esto es justamente lo que realiza el director en la escuela, coordina los
recursos humanos (maestros, alumnos, directivos, etc.) y los recursos
materiales (aulas, medios, infraestructura, etc.), para que mediante estos
transmitirles satisfactoriamente los conocimientos a los alumnos y así
satisfacer las necesidades sociales.
Los directores de hoy
en día, poco a poco van dejando su labor propedéutica y aumentando su labor administrativa
por la cual no obtiene una capacitación previa. Sin demeritar la labor de los
directores, el fin de su labor se viene degradando o viene cambiando el fin por
el cual se propuso ser docente y termina realizando labores por los cuales no
se preparo, que es el ser administrar de una escuela.
La administración es
planificar, ordenar, clasificar y fructificar efectivamente los recursos
humanos, materiales y financieros de una institución. La docencia es conducir
de manera eficaz y eficiente el proceso de enseñanza aprendizaje. No se
requiere de hacer un gran análisis para observar la gran diferencia entre una
disciplina y otra, entonces… ¿Es suficiente que el director de una escuela
cuente solo con una formación docente?
¿Cómo administra un
maestro convertido en director de la escuela?, la gestión del director es muy
variable si hablamos de escuelas públicas y privadas. Los directores de
escuelas públicas están limitados por los recursos con los que le proporciona
la federación y el estado, no tiene autonomía suficiente para desarrollar su
labor y satisfacer las necesidades en cuanto a medios e infraestructura. Por
tal motivo el director de escuela pública se tiene que ajustar al presupuesto
limitado y a las directrices del sistema educativo. Los presupuestos y los
decretos educativos son dictados por un sistema carente de buena administración
por lo cual degrada el funcionamiento del sistema.
El director de una
escuela de iniciativa privada no tiene tan atadas las manos en cuanto a
presupuestos y delegación administrativa. Generalmente el director es más libre
de decidir y desarrollar planes de trabajo tanto académicos como
administrativos, a veces se cuenta con una partida más amplia para trabajar y
su mando es mayor, pero claro, la autonomía sigue siendo limitada por el
sistema, aunque los recursos son más generosos.
Hemos estado hablando
de modelos administrativos, de la forma de administrar de los diferentes
líderes escolares, pero, ¿Su liderazgo está fundamentado?, ¿Hay garantías de
éxito en estas escuelas?
Nos hemos enfrentado a
una disyuntiva interesante, por un lado tenemos a los líderes educativos, que guían
el destino exitoso de la escuela y por otro lado el fracaso de la institución. ¿Qué
debemos hacer para garantizar que los directores, los líderes que están en contacto
directo con la escuela y las decisiones que tomen puedan beneficiar a los
alumnos? Una buena idea sería la creación de una escuela formadora de
directores, en donde los mejores prospectos sean los más capacitados para el
puesto y así conformar un sistema educativo con directores preparados para ser
directores y con un alto conocimiento para enfrentar los retos que aparecen
constantemente de las instituciones educativas y circundan a su población
académica.
Según el Profesor William
Edwards Deming “Emprender el camino
a la calidad es iniciar un proceso de aprendizaje”.
La profesionalización
de los directores es de suma importancia ya que como anteriormente lo
mencionamos, desde el momento en que el director pasa de ser un docente a un
administrador se requiere de la adquisición de destrezas y habilidades que no
se obtienen mediante el ejercicio docente. La creación de una escuela con el
propósito general de detallar y desarrollar procedimientos y estrategias
diversas de formación continua de directores de escuelas, es un camino para el
desarrollo de administradores educativos de gestión y liderazgo pedagógico efectivo.
Es decir, es necesaria
la adquisición de competencias, para potenciar la actividad rectora y la
calidad educativa, bajo la premisa de que la profesionalización directiva tenga
su inicio en una institución altamente capacitada para formar lideres
educativos dentro del enfoque directivo y continúe en los contextos laborales
de manera permanente de tal forma que por medio de la adquisición de un
aprendizaje profesional se pueda certificar o maximizar el éxito en las
escuelas.
Con el mejor
conocimiento de los procesos, recursos y elementos que influyen en los procedimiento
administrativos de una escuela, cada director puede plantearse cuales son las
fuerzas y debilidades, las amenazas y oportunidades, para solucionar las problemáticas
concernientes. Todas las amenazas que se presentan constantemente son factores
de tipo externo que pueden impedir el cumplimiento de lo que se propone como
objetivos para la institución y su población académica pero si se está
instruido y bien capacitado, dotado de la enseñanza necesaria las amenazas se
convierten en solo retos, logrando así que la administración sea totalmente
efectiva.
Pero… ¿Cómo lograr que
se implemente un sistema de profesionalización de directores? La clave está en
el dialogo y entre más intenso, más valioso. La manifestación de los problemas
de la escuela no debe estorbar al director; cada clamor debe ser examinado como
una petición de servicio, es una necesidad que le están planteando los usuarios
a la escuela, la deficiencia en nuestro Sistema Educativo es muy notoria no es
un asunto personal contra nuestros directores, sino contra la ineficiencia de
la autoridad superior de implementar un cambio radical en la forma de
conducción de nuestras escuelas, cada imploro abre una oportunidad para servir
y para mejorar y es donde debemos hacer hincapié para poder ser escuchados.
Referencias:
-Chiavenato, Idalberto (1993). Iniciacion a la organización y
tecnica comercial. Mcgraw Hill. Mexico D.F.
-Ferrel, O.C. (2009). Introduccion a los negocios: un mundo
cambiante. Mcgraw Hill. Septima edicion. Mexico, D.F.
-Pincus.
J. David (1995). El gran jefe: un tipo de libro diferente para convertirse en un
líder excelente. Mcgraw Hill. Mexico D.F
-Chamorro
Miranda, Diana Judith. Factores determinantes del estilo de liderazgo del director/a. Universidad
Complutense de Madrid.
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