viernes, 26 de julio de 2013

Desarrollo y Liderazgo

Margarita Azucena Cruz López

"El problema principal no es tener aspectos que mejorar, sino negar que existen y repetir una y otra vez los mismo errores".
Anónimo.

Por décadas hemos venido escuchando que la educación está en crisis. Numerosos estudios se han realizado con la intención de documentar este hecho, como ejemplo el artículo de Luis Ratinoff, consultor del BID, publicado en la RLEE.  Igualmente es conocida la multitud de investigaciones realizadas por la OCDE que dan cuenta de este fenómeno.  
A través de la investigación ha quedado claro que son múltiples las causas y los factores que determinan este panorama. Sin embargo es posible destacar entre estos uno que de alguna forma engloba a los demás: el intenso desarrollo social de las últimas tres décadas, motivado en gran medida por la globalización  y auspiciado por las tecnologías de la información y la comunicación.
Este desarrollo ha impactado de una forma contundente en todos los ámbitos de nuestras vidas: el hogar, la comunidad,  el trabajo y, por supuesto,  la educación.  Ésta se enfrenta, así, a un reto extraordinario: responder a las nuevas expectativas y demandas de una sociedad globalizada e hiperdesarrolada.
 Existe además un elemento extra que complica esta tarea, lo vertiginoso del cambio, como lo señala Crosby "si de algo podemos estar seguros es del cambio. El mundo para el cual planificamos el presente no será el mismo mañana. El flujo constante de información y las ideas cambiantes obligan al .... a estudiar sin cesar. Nadie puede saberlo todo".
Aún que existen diferentes niveles en los cuales la educación enfrenta esta paradoja, la mayor exigencia se centra en la escuela, ya que como nos dice Urbano "cada establecimiento o escuela singulariza la institución social de la educación escolar y es el espacio en el que los individuos y los grupos concretizan las normas, las tareas y las finalidades que les han sido asignadas socialmente".
De esta forma la escuela se ve sometida a una presión enorme ante exigencias de muy variado origen: los propios educandos, los padres de familia, los empleadores, las autoridades, diversas problemáticas sociales( obesidad, bullyng, adicciones, violencia, delincuencia, embarazos precoces, entre otros). Además confluyen en ella problemas socialmente determinados como la pobreza, la marginación, rasgos culturales, limitación de recursos, etc.
Ante este panorama cobra cada día más importancia la necesidad de contar con las personas capaces de enfrentar esta problemática. Desde luego que , dado que la educación se realiza en el aula, la primera opción se refiere a los docentes. Pero ahora queda claro que lo que ocurre en el aula no depende exclusivamente de él, y cada día se piensa más en el colectivo escolar.
Es así que se ha pensado que una herramienta que puede permitir mejorar los resultados educativos se encuentra en las formas de organizar y dirigir los colectivos escolares, es decir la gestión escolar.
En esta línea ha quedado claro que una buena parte de la calidad que deberían alcanzar las escuelas depende del desempeño del colectivo escolar y, que este desempeño se ve fuertemente influido por quien tiene la responsabilidad formal de conducirlo: el director escolar.
De esta forma se ha podido establecer la necesidad de que los directores asuman su responsabilidad de manera efectiva y eficaz, lo que los llevaría a ejercer un rol de líderes educativos, que en palabras de Pazmiño implica " ser hábil para: planear y organizar el trabajo, apreciar situaciones y tomar decisiones, instruir, crear situaciones deseables, descubrir lealtades, y, conseguir disciplina espontanea basada en el convencimiento".
Sin embargo, en las escuelas frecuentemente encontramos inercias y resistencias al cambio, que derivan de una práctica rutinaria y anquilosada, por lo que cobra especial importancia la capacidad de liderar para lograr lo que atinadamente asienta Pincus en el sentido de "tener la capacidad de lograr que otras personas hagan algo que no quieren hacer, y lo hagan con gusto", de   no caer en la figura que atinadamente define Eggers como líder autocrático quien no da lugar a la participación del colectivo en la toma de decisiones y, sobre todo, tener siempre  en claro que  "liderar no es dar órdenes, liderar es educar, instruir, conducir, ganar y dirigir a sus seguidores", tal como lo afirma Pazmiño.
Finalmente podemos agregar que una cualidad esencial del líder se refiere a la actitud, esto implica tener la mente abierta y, por consiguiente, saber que: aún hay mucho por aprender (en todo sentido: en la vida familiar, laboral, en las relaciones interpersonales en general, etc.), el conocer bien algo no significa que se conozca todo, las opiniones de los demás pueden ser interesantes, y son valiosas por la enseñanza que encierran, uno puede aprender de las cosas más simples.
Mantener una actitud abierta es el aspecto clave para nunca dejar de aprender, de crecer, de desarrollar la inteligencia; al mismo tiempo, permite esforzarse siempre por continuar.

Referencias.
·  Crosby, P. B. (1990). Liderazgo: el arte de convertirse en un ejecutivo. México: McGraw-Hill.
·  Pincus, J. David.(1995). El gran jefe: un tipo de libro diferente para convertirse en un líder excelente.: McGraw-Hill Professional Publishing, . p 110
·  Pazmiño Cruzatti, Iván. (2010). Liderazgo, más que una estrategia gerencial.: EDITEKA Ediciones, . p 42
·  Eggers, Maximiliano F. (2012). Teoría de las organizaciones: Editorial Maipue.
·  Urbano, Claudio. (2009) El trabajo grupal en las instituciones educativas: herramientas para su análisis.: Editorial Brujas, . p 83

·  http://www.cee.iteso.mx/BE/RevistaCEE/t_1994_3-4_02.pdf
·http://www.oecd.org/centrodemexico/publicaciones/M%C3%A9xico--Compendio%20de%20Estudios%20y%20Reportes%20de%20la%20OCDE.pdf
·  http://www.sep.gob.mx/work/models/sep1/Resource/126652/1/ANTOLOGIAGESTION.pdf
·  http://nogal.mentor.mec.es/~lbag0000/html/global1.HTM
·  http://biblioteca.ajusco.upn.mx/pdf/guias/grce.pdf

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